¿Tienes dolor, mal olor en tus dientes y no sabes por qué o temes que sea periodontitis?. En este artículo te platicaremos un poco de esta enfermedad y como reconocerla.
Los tejidos periodontales son aquellos que se encuentran alrededor del diente, protegiéndolo y entregando sostén. Las enfermedades que los afectan son la gingivitis y la periodontitis. Ambas constituyen un problema de salud pública, dada su alta prevalencia en la población, su efecto en la calidad de vida de quienes las padecen y el costo económico que significan sus secuelas.
La gingivitis asociada a placa bacteriana es la más común, su factor causal son la acumulación de placa bacteriana en surco gingival, espacio existente entre la encía y el diente.
¿Cómo reconocerla?
Se caracteriza por localizarse exclusivamente sobre la encía; sus signos son: enrojecimiento, aumento de tamaño, y sangrado, este puede ser provocado por el cepillo o en casos más severos incluso espontáneo. La periodontitis también se caracteriza por inflamación de la encía, sin embargo, se suma la pérdida de los tejidos que soportan al diente, lo que sin el tratamiento apropiado puede finalmente conducir a la pérdida de dientes. Esta patología presenta dos factores de riesgo, el tabaquismo y la diabetes mellitus.
Al estar presentes aumentan el riesgo de padecerla, así como su severidad, extensión y progresión, es decir, es más grave, afecta un mayor número de dientes y avanza más rápido en el tiempo. Por lo tanto, hay mayor riesgo de perder dientes a edades más tempranas.
La gingivitis y la periodontitis se consideran un continuo de la misma enfermedad, por lo tanto, es de interés promover las medidas de prevención de la gingivitis desde temprana edad.
¿Cómo tratarla?
Una parte primordial para realizar el diagnóstico del estado de salud periodontal es realizar un examen clínico de los tejidos periodontales, llamado periodontograma, para detectar la presencia o ausencia de signos de la enfermedad y la especialidad dedicada a su diagnóstico y tratamiento es llamada periodoncia.
El tratamiento tiene dos ejes centrales, el control de placa bacteriana realizada por el paciente, donde requiere educación y medidas de higiene oral personalizadas indicadas por su dentista y el control de placa bacteriana profesional, llevada a cabo en el box odontológico.
Ambas patologías son prevenibles y tratables, por lo que depende de ti como paciente, asistir con tu odontólogo y consultar.
